Escritos Dhruva Yoga
En esta subpágina vamos a incluir algunos escritos, desde la humildad, basados en nuestros pareceres y en los mucho que nuestros maestros nos enseñan y las personas que comparten su energía con nosotros
Empezamos con una traducción de la vida de Swami Sivananda, que hicimos de un texto original en inglés que está en la página www.sivananda.com. Es una publicación de The Divine Life Society of Rishikesh
SWAMI SIVANANDA – UN SABIO MODERNO
Una publicación de la Divine Life Society
Contenidos:
* Swami Sivananda. Un sabio moderno
* Los primeros años
* Educación
* Un periodista
* Doctor en Malaysia
* Preparación para Sannyasa
* Renunciación
* Iniciación
* Sadhana
* Samadhi
* Seva Yatra
* Diseminación del conocimiento
* Preparación de sus discípulos
* La personalidad de Sivananda
* Universalidad de sus enseñanzas
* Sus últimos días
***
Amigos,
Moksha es libertad de nacimientos y muertes. Es el logro de la dicha eterna. No hay espacio ni tiempo en ella misma, ni hay en ella ningún estado, ni externo ni interno.
Has nacido para alcanzar Moksha o la emancipación final. Moksha es tu meta. Mata este pequeño “yo” o egoísmo a través de la pregunta “¿Quién soy yo?”, alcanzarás Moksha y brillarás como un emperador de este mundo.
¡Que alcancéis Moksha en esta misma vida!
Om Tat Sat
Sivananda.
SWAMI SIVANANDA, UN SABIO MODERNO.
“Con la mente armonizada por el yoga, él ve el Ser en todos los seres y todos los seres en el Ser; él ve lo mismo en todas partes”. Bhagavad Gita (VI. 29)
¡Qué ser tan divino era el Gran Maestro! Su Santidad Sri Swami Sivananda. Un estudio de su vida nos revelará las experiencias de un hombre que descansa en la Conciencia Universal.
LOS PRIMEROS AÑOS
Kuppuswami era su nombre. Nació el 8 de septiembre de 1887, en Pattamadai, cerca de Tirunelveli, en el estado Tamil Nadu del Sur de la India. El futuro Swami Sivananda nació de una familia de personas muy devotas. Su padre, Vengu Iyer, era una gran alma, que llevaba a cabo cultos diarios y devenía inmerso en la dicha de la comunión con el Señor. Piedad y bondad fluían del padre al hijo. Cada mañana, el pequeño Kuppu iba al jardín y cogía flores y hojas de Bael para el culto a Siva de su padre. Kuppu escuchaba atentamente las recitaciones védicas y las lecturas de las escrituras sagradas de Vengu y se unía a sus padres en sus oraciones y en el Kirtan.
Desde su infancia, Kuppuswami desplegaba tendencias desinteresadas. Si su madre le daba un pastel o un dulce, él se precipitaba enseguida a buscar a sus amigos para compartir la delicia. Él disfrutaba dando. Distribuía piscolabis a los sirvientes, a los perros y gatos, cuervos y loros. Kuppuswami llevaba mendigos dentro de la casa y los alimentaba. Pero el mayor placer de Kuppuswami era servir a Sadhus y Sannyasins.
En su adolescencia Kuppuswami disfrutaba con el ejercicio físico. Le entusiasmaba ejercitarse en barras paralelas y horizontales, lo cual no era del gusto de sus padres. Incluso, a veces, antes de que llegara la hora del responso de después del despertar, Kuppuswami dormía fuera para practicar sus ejercicios físicos. “Tengo que confesar –dijo una vez, con un centelleo reminiscente en sus ojos al recordar- que muchas veces yo acostumbraba a colocar una almohada en mi cama y cubría ésta cuidadosamente con una sábana para dar la apariencia de mi inocente ser durmiendo plácidamente”.
EDUCACIÓN
Kuppuswami completó su educación general en su adolescencia. Al pasar en 1905 el Intermediate Examination, ingresó en el Instituto Médico Tanhore, donde trabajó como un poseso. Utilizaba sus horas de descanso estudiando libros médicos de todas las descripciones. Después de dos años de estudio de Medicina, poseía los conocimientos de un estudiante de cinco años. Por esta causa, él fue libremente admitido en las salas de operación y disección ya desde el primer año. Los profesores lo encontraban inteligente, trabajador y prometedor y por ello lo tomaron en su confianza y como su asistente. Kuppuswami utilizó estos privilegios diligentemente para adquirir conocimientos de cirugía. Él siempre llevaba en su bolsillo una libretita para anotar detalles de los experimentos o recordar pensamientos útiles.
UN PERIODISTA
Cuando Kuppuswami estaba a medio camino de su carrera médica, su padre murió y su madre cayó enferma. La familia pasó por circunstancias difíciles. Para mantenerse el Doctor Kuppuswami empezó una revista médica que llamó Ambrosía. Él hizo de editor e inversor inicial. La primera edición salió en 1909 como una revista mensual de 32 páginas.
El mismo Kuppuswami escribió muchos artículos bajo diferentes seudónimos. Recibió artículos del antiguo sistema de medicina hindú, de médicos ayurvédicos. Aunque la revista era en inglés, reservó algunas páginas para recetas en tamil.
A través de su revista, Kuppuswami consiguió disipar la ignorancia de la gente en materias de higiene personal y salud pública. Enfatizó, más que en los remedios, en la construcción de la salud y la prevención de la enfermedad. Salud, higiene y dieta recibían especial atención. Los lectores sentían un significativo toque espiritual en las páginas de Ambrosía.
La revista ganó popularidad. Las ganancias no fueron muchas pero Kuppuswami podía dar con éstas dinero a su anciana madre Parvati Ammal.
Mantener una revista era difícil. El nivel de alfabetización era bajo, los lectores pocos y los anunciantes no eran muchos. Incluso un anuncio a página completa en Ambrosía costaba sólo 3 rupias. Kuppuswami no tenía ayudantes. Él por sí mismo era editor, manager y distribuidor. La revista duró cuatro años.
En 1913, al doctor Kuppuswami se le presentó una atractiva oportunidad para el servicio. Miles de trabajadores hindúes en las plantaciones de goma de Malaysia estaban viviendo en condiciones deplorables con poca atención médica. El Doctor Kuppuswami decidió cruzar los mares para servir a los necesitados. En una fiesta de despedida, el joven doctor dijo a sus amigos:
- El conocimiento de los libros no nos llevará lejos. Yo estudié Anatomía, diseccioné el cuerpo humano... ¡Pero no pude encontrar el Atman (alma) en el cuerpo humano!
- El Atman puede ser visto sólo cuando el ego es destruido – exclamó un amigo.
- Verdad – dijo Kuppuswami- y el servicio desinteresado es el arma más potente para diluir el ego. Cada día debo hacer un acto caritativo. De sitio en sitio yo debo pensar en Dios con un corazón anhelante.
DOCTOR EN MALAYSIA
Al llegar a Malaysia, el doctor Kuppuswami se encontró con el jefe de la finca de goma, que tenía su propio hospital. Él preguntó al joven Doctor “¿Puede usted manejar el hospital?”, la respuesta fue “Sí, yo puedo manejar incluso 3 hospitales”. Se le asignó enseguida el hospital de la finca Senawang. El Dr. Kuppuswami tenía que dispensar medicinas, hacer las cuentas y atender a los pacientes. En su trabajo el Dr. Kuppuswami era metódico, esmerado y concienzudo. Pedía a sus ayudantes que mantuviesen el sitio limpio porque la limpieza era la medicina más grande que el hospital podía ofrecer. Las páginas de historias médicas, los cuadros de temperatura, las cartas de admisión y otros documentos eran guardados, actualizados y completados.
El Dr. Kuppuswami tenía también una práctica privada. Había muchos doctores en Malaysia, pero pocos eran comprensivos con sus pacientes. Generalmente ellos corrían detrás de los clientes ricos. El Dr. Kuppuswami buscaba a los pobres que necesitaban más de sus servicios. Otros doctores cobraban honorarios por una mera consulta. El Dr. Kuppuswami daba dinero a sus pacientes, a cuenta del hospital, para cubrir sus gastos inmediatos. Animaba a sus pacientes con su humor y les decía palabras alentadoras para elevar sus espíritus. Enseguida, las personas enfermas se sentían gratamente aliviadas. La mirada compasiva del doctor, sus dulces palabras, la generosidad de su voz, los tonos suaves, la atención concentrada con la cual hablaba a las personas que sufrían, todo ello producía una impresión tan tremenda que el que sufría olvidaba sus preocupaciones en la seguridad y el amor de la compañía del doctor.
El Dr. Kuppuswami siempre rezaba mientras atendía a sus pacientes. Cada viernes él mantenía un encuentro para rezar en el hospital, al final del cual él distribuía el Prasad del Señor. Después visitaba las salas, parándose al lado de la cama de aquéllos que yacían demasiado enfermos para acudir a los rezos, poniendo un poco de Prasad en sus bocas con su propia mano.
El Dr. Kuppuswami esperaba pacientemente en las casas de personas desesperadas y afligidas durante la noche y dejaba el sitio sólo cuando el paciente se había aliviado del sufrimiento. Su vida en las fincas de Malaysia fue altamente inspiradora y elevadora. En la caridad él fue como Karna de viejo. Como un banyan (higuera sagrada) que da cobijo a todos y cada uno, él no rechazó a nadie que acudió pidiéndole ayuda.
PREPARACIÓN PARA SANNYASA
Las tendencias e instintos religiosos lentamente se desarrollaron en el joven doctor. Él buscó la compañía de Sannyasins y Sadhus y empezó a estudiar libros religiosos. Sus estanterías se llenaron de libros de filosofía y una variedad de libros de otras materias. Él era un lector voraz y a menudo se quedaba levantado hasta tarde con sus libros.
Tanta era su devoción por los Sannyasins y yoguis que si alguno pasaba cerca de él, se precipitaba hacia ellos con ricos regalos. A menudo los mantenía consigo por algunos días y les mandaba a su destino con el debido respeto y consiguiéndoles un billete de tren de primera clase.
Abundante caridad, compasión, misericordia y servicio a los pobres llegaron a ser rasgos prominentes de su personalidad y fueron éstos los que le ayudaron en su crecimiento espiritual y sostuvieron su vida espiritual.
RENUNCIACIÓN
El servicio a la humanidad, el estudio de la literatura espiritual, la asociación con almas devotas y las prácticas devocionales en casa, todo ello produjo un cambio gradual en su perspectiva vital. Todas estas prácticas purificaron su corazón y volvieron su mente hacia dentro. Kuppuswami se volvió más introspectivo. Escribió por este tiempo: “¿No hay una misión más alta en la vida que la ronda diaria de tareas artificiales, el comer y el beber? ¿No hay una forma más alta de felicidad eterna que estos placeres transitorios e ilusorios? ¡Qué incierta es la vida aquí! ¡Qué insegura es la existencia en este plano de la tierra, con variedad de tipos de enfermedades, ansiedades, preocupaciones, miedos y decepciones! El mundo de los nombres y las formas está constantemente cambiando. El tiempo se fuga, todas las esperanzas de felicidad en este mundo acaban en dolor, desesperación y pena. ”
En todas partes, a su alrededor, el doctor encontraba a gente afligida, física y mentalmente. Su corazón sangraba por el pobre, el enfermo y el que sufría. La tragedia humana hipotecaba el corazón del doctor.
En el hospital el doctor Kuppuswami tenía que batallar con el dolor humano. Aunque salvó a algunas personas, muchas murieron ante sus ojos. La muerte seguía siendo un eterno misterio para él.
En este punto crítico de su vida, vino a él un Sannyasin itinerante. Estando con él durante algunos días el Sannyasin cayó enfermo y fue cuidado y vuelto a la salud por el doctor. El sannyasin quedó cautivado por aquel tratamiento amoroso del doctor y regaló a Kuppuswami valiosos libros. Uno era el Jiva Brama Aikya Vedanta Rahasyam escrito por Cuddapah Satchidananda Swami. Ésta fue la primera lección para Kuppuswami en Vedanta y los aspectos positivos de la vida en el plano terrestre. El propósito real de la vida humana se le volvió evidente.
Kuppuswami desarrolló un ardiente deseo de pisar el camino de los sabios y abrirse al reino de la inmortalidad. Su deseo creció en intensidad hasta que en 1923 la chispa espiritual que Kuppuswami había nutrido rompió y eclosionó en una ardiente llama. Como golpeado por el relámpago, los deseos mundanos le abandonaron. La civilización materialista era impotente y le disgustaba. Rechazó las riquezas, la posición, el estatus y el mundo que no podía ofrecer soluciones duraderas al sufrimiento. Él había llegado a una etapa donde ya no podía llevar a cabo por más tiempo sus tareas en el hospital. Dejó su trabajo, repartió sus pertenencias y dejó las orillas de Malaysia.
Con Dios como su guía, sin llevar posesión alguna, el serio doctor comenzó su Parivrajaka (errante) vida, yendo de un pueblo a otro. Kuppuswami no tenía experiencia en pedir. Él, que siempre daba, no podía fácilmente convertirse en alguien que pedía. Iba a una casa del pueblo, se acercaba tranquilamente a un hombre y le susurraba al oído “Soy un Madrasi Brahmin. Tengo hambre. ¿Puede darme algo de comida?”. Aquéllos a quienes se acercaba quedaban sin embargo, sorprendidos, cuando les daba las gracias con su noble semblante.
A veces un hombre del hospital le llevó a su casa y le sirvió buena comida. Después de comer, Kuppuswami ante sus anfitriones pidió rezando a Dios que les bendijera y continuó su camino. Fueron varios los hombres del hospital que invitaron de este modo a Kuppuswami pero él no visitó nunca la misma casa dos veces. Algunas veces una piadosa familia le pedía que se quedara con ellos a dormir, pero Kuppuswami se deslizaba hacia fuera de la casa e iba hacia el siguiente pueblo por miedo a ser una carga entre la buena gente.
Con la cabeza descubierta, con los pies desnudos, escasamente vestido, el novicio deambulaba. A veces tenía que pasar sin comer y caminar milla tras milla pesadamente. Forzado por el hambre, él comía entonces higos silvestres y frutas amalaka caídas de los árboles que bordeaban el camino. A menudo tenía que dormir en la tierra bajo estos árboles.
La vida Parivrajaka (la vida de un monje itinerante) ayudó a Kuppuswami desarrollar la abstención, la mirada equitativa y la serenidad en los aspectos del placer y del dolor.
INICIACIÓN
En sus pasos errantes, Kuppuswami supo de Rishikesh, un oscuro lugar en los Himalayas poco conocido para el mundo exterior, salvo para unos pocos hambrientos de la realización de Dios. Él sintió que éste era el sitio que él anhelaba, un lugar donde podría hacer Sadhana intensa y Tapas.
Al llegar a Rishikesh, el 8 de mayo de 1924, el joven peregrino quedó encantado por las magníficas alturas de las grandiosas montañas y las frías y refrescantes aguas del sagrado Ganges. El 1 de junio, cuando estaba tomando un baño en el Ganges, allí estaba su santidad Sri Swami Vishwananda Saraswati, que pertenecía a la Sringeri Math de Sri Shankaracharya. El novicio y el monje se atrajeron uno al otro. El novicio vio un gurú en el monje y el monje vio un discípulo en el novicio. Swami Vishwanandaji tomó a Kuppuswami y lo llevó a su Kutir. Después de descansar un rato, Kuppuswami fue a Kalikamliwala Kshetra (una casa para Sannyasins). Allí fue rechazado porque él no era un sannyasin. Cuando desandaba sus pasos se encontró otra vez con Swami Vishwanandaji. Después de intercambiar algunas palabras, Kuppuswami fue iniciado en la orden de los Sannyasins por su santidad Sri Swami Vishwanandaji. (El rito religioso de la Viraja Homa fue hecho más tarde por Sri Swami Vishnudevanandaji Maharaj en el Ashram Kailash). Él se deshizo de su Doti secular y se puso la Gerva (ropa tradicional naranja de los sannyasins) regalada por el gurú. Le enseñaron los secretos de Kaivalya (liberación) y los misterios de los Mahavakyas (grandes frases). El anterior doctor Kuppuswami se convirtió en Swami Sivananda Saraswati de la orden de Shankaracharya.
Preguntado por si él seguiría a Swami Viswananda a Haridwar y Benarés, Swami Sivananda decidió quedarse y sumergirse en el Sadhana. El gurú le escribió dándole instrucciones acerca de Sannyasa. Más luz deviene de la propia autobiografía de Swamiji:
“En busca de un gurú yo llegué a Rishikesh y recé al Señor por su gracia. Hay muchos estudiantes egoístas que dicen ¨yo no necesito un gurú, Dios es mi gurú¨. Ellos cambian sus propias túnicas y viven independientemente. Cuando las dificultades y los problemas les afligen, se desconciertan. No me gustan las violaciones de las reglas ni de las regulaciones de las escrituras, los sabios y los santos. Cuando hay un cambio en el corazón debe haber también un cambio externo. La gloria y la libertad de un Sannyasin difícilmente pueden ser imaginadas por el tímido y el débil.
Un gurú personal es necesario al principio. Sólo él puede mostrarte el camino para alcanzar a Dios, el Gurú de los gurús, y evitar las trampas y dificultades de tu camino. La autorrealización es una experiencia trascendental. Podrás marchar en el camino espiritual solamente si pones fe implícita en las palabras de los sabios que han alcanzado la Verdad y el conocimiento del Ser.
El llevar ropas ocres es muy necesario para alguien que ha cambiado su mente. Debido a la fuerza del hábito, cuando los sentidos se mueven entre los objetos sensoriales en el momento en que tú miras tus ropas coloreadas, éstas te recuerdan que tú eres un Sannyasin. Éstas te darán una sacudida y te salvarán de acciones viciosas, tienen su propia gloria y ventajas. Sólo un sannyasin real puede cortar todas las conexiones y los lazos y liberarse completamente de las ataduras. Sus amigos y parientes no le molestarán. El hábito es de gran ayuda cuando uno se pone en una plataforma para predicar. Éste tiene su propia santidad en las mentes de los hindúes. La gente común fácilmente recibirá las ideas de un Sannyasin. Algunos hipócritas dicen: “Nosotros hemos coloreado nuestras propias mentes. No necesitamos cambiar las ropas” Yo no creo a estos hombres. Incluso el famoso Mandana Misra, Avatara de Brama, que luchó con Sri Shankara, se convirtió en Sannyasin. El gran Rishi Yajnavalkya se convirtió en un Sannyasin. Sólo aquellos que tienen deseos, pasiones y ataduras, aquellos que son tímidos, miedosos de cambiar la ropa y así sucesivamente, se autoconvencen de esta forma con sus falsos, ingeniosos e insensatos argumentos”.
SADHANA
El segundo escrito es un esquema sencillo y un comentario sobre las enfermedades de sensibilización central
ENFERMEDADES DE SENSIBILIZACIÓN CENTRAL (COMENTARIO SOBRE SU ESQUEMA GENERAL)
El objetivo de este escrito es dibujar, de la forma más general posible, todo lo que hemos visto acerca de las llamadas enfermedades de sensibilización central (fibromialgia, sensibilidad química múltiple, síndrome de fatiga crónica, electrohipersensibilidad, neuropatía periférica…, etc.)
Todo el que lea este papel sabrá mejor que nadie las causas que se describen de los problemas de sensibilización central: Aspectos genéticos, algún componente alérgico, absorción o predisposición de la persona hacia las creencias, alteración en los mecanismos del olor, abusos, traumas, estrés, enfermedades mentales, daños en el sistema nervioso…, etc.
A continuación, vamos a describir cómo se producen los procesos de estos padecimientos, los cuales terminan en dolor o en reacciones de angustia, espasmos, problemas gastrointestinales, fatiga, problemas neurocognitivos, irritación y picores de zonas del cuerpo, visión borrosa y perdida de enfoque, debilidad, sensación de opresión en el pecho, todo tipo de erupciones y manchas en la piel…, etc. Además, estas reacciones, conllevan a su vez otras de otro tipo, tanto psíquicas como otras que afectan a los sistemas endocrino, digestivo, inmunitario, respiratorio, nervioso, muscular, esquelético…, etc.
Para describir el esquema general de estas enfermedades de sensibilización central, (también llamadas, psicosomáticas antes y somáticas ahora), hay que distinguir entre el dolor y la nocicepción. Cuando hablamos de dolor, vamos a equiparar éste a todas la reacciones descritas más arriba, de fatiga, espasmos, angustia, opresión, erupciones…, (todas las reacciones o sensaciones que se produzcan).
El mapa natural del dolor sigue el siguiente recorrido: Se produce un daño mecánico, químico o térmico y a continuación ese daño es captado por los receptores que tenemos en todo el cuerpo para ello (receptores nociceptivos) y esa captación del daño es transmitida por transmisión nerviosa al sistema nervioso central, donde el cerebro elabora la sensación de dolor.
Cuando hablamos de un daño mecánico, estamos hablando, por ejemplo, de cuando nos damos un golpe. Cuando hablamos de un daño químico, podemos estar refiriéndonos a cuando nos duele algo por un daño en un órgano determinado o una agresión de un agente químico, a través del aire, el agua…, etc. Y cuando hablamos de un daño térmico, estamos hablando de una quemadura, por ejemplo. Pues bien, como ya hemos referido, son los receptores nociceptivos los que captan estos daños y los transmiten por vía nerviosa al sistema nervioso central, donde es el cerebro el que elabora la sensación determinada de dolor.
En un estado normal de cosas, la sensación de dolor y las reacciones que ella conlleva, deberían ser aproximadamente proporcionales al daño producido y captado. Pero ello no es así siempre. Y para ver por qué no es así, vamos a ver el recorrido en el sistema nervioso, desde que se produce el daño hasta que se elabora la sensación y la reacción posterior. Hemos dicho, que primero se produce el daño (mecánico, químico o térmico). Ese daño es recogido por los receptores nociceptivos que tenemos en todo el cuerpo y a continuación se transmite por vía nerviosa con dirección hacia el sistema nervioso central. Concretamente hacia los núcleos o centros del dolor, ubicados en el mesencéfalo y en los núcleos de rafe del bulbo raquídeo. Desde ambos órganos, sigue la transmisión nerviosa hasta el cerebro, que es quien elabora la sensación.
Volvamos atrás. Volvamos a cuando los receptores nociceptivos captan el daño (mecánico, químico o térmico). Hemos dicho que ese daño se transmite por vía nerviosa. Y aquí es donde entramos en la calidad de la transmisión nerviosa. La transmisión nerviosa se produce a través de las células nerviosas o neuronas. De la salud o estado de nuestras células nerviosas depende mucho la sensación que se produzca después.
Vamos salirnos un poco del tema para ilustrar mejor la importancia de esta transmisión. Supongamos que nos encontramos a dos amigos por la calle (Clara y Alejandro), que están hablando tranquilamente. Los saludamos y seguimos adelante. A continuación, nos encontramos con Felisa y procedemos a transmitirle el mensaje de que nos hemos encontrado a Clara y a Alejandro hablando tranquilamente. En una transmisión normal del mensaje, diríamos a Felisa que hemos visto a Clara y a Alejandro hablando tranquilamente. En una transmisión deteriorada del mensaje, podemos decirle a Felisa que hemos visto muy juntitos a Clara y a Alejandro hablando “de sus cosillas”. Ahora supongamos que Felisa se encuentra a Vicente y, siguiendo con el deterioro del mensaje original, le dice que han visto a Clara y a Alejandro muy acaramelados. Sigamos suponiendo que Vicente se encuentra después a Estela y, deteriorando aún más el mensaje, le comenta la supuesta noticia de que Clara y Alejandro están liados. Entonces, pasamos de un mensaje original, que siempre debió ser que Clara y Alejandro están hablando tranquilamente en la calle, a un mensaje absolutamente alterado, de que Clara y Alejandro están liados.
Algo parecido al ejemplo anterior funciona la transmisión nerviosa. Si la salud de nuestras neuronas es buena, el daño recogido por los receptores nociceptivos, se transmite exactamente de una célula a otra con la intensidad que se ha producido. Si la salud no es buena, la intensidad se altera. Y la sensación que finalmente reproduzca nuestro cerebro, que originariamente tenía que haber sido proporcional al daño sufrido, ya que ésta es la función que cumple el dolor (avisarnos del daño sufrido y de su intensidad), puede dejar de ser proporcional al daño sufrido. Uno de los casos más radicales en este sentido es el caso de la alodinia, donde se han descrito situaciones en las que personas podían sentir dolor incluso con el tacto de una sábana suave. O el caso de recién nacidos que sentían dolor ante las caricias de su madre…, etc.
Por otro lado, tenemos los inhibidores del dolor. Hemos dicho que los núcleos del dolor estaban en el mesencéfalo y en los núcleos de rafe del bulbo raquídeo. Pues en ambos sitios, también están los inhibidores del dolor. En el mesencéfalo, concretamente del Sistema Gris Periacueductal, nace el sistema opioide endógeno, que es productor y difusor de muchos de los analgésicos que produce nuestro cuerpo (a destacar las endorfinas y encefalinas). Y que está repartido por todo el cuerpo, al igual que dijimos con los receptores nociceptivos. Estas endorfinas y encefalinas, son las encargadas de atenuar la intensidad de las señales nociceptivas. Asimismo, en los núcleos de rafe, también se producen analgésicos naturales (a destacar la serotonina). Con el mismo cometido que en el caso de las endorfinas y encefalinas. Entonces, si nuestro sistema de inhibidores del dolor funciona bien, la sensación que se reproduzca en nuestro cerebro, será en gran parte atenuada por éstos analgésicos naturales o inhibidores del dolor. Si hay algo que falla, percibiremos la sensación de dolor más fuerte.
Tenemos que hablar también de los sistemas moduladores difusos. Estos sistemas, algunos de los cuales se hallan en el mismo lugar que los núcleos del dolor y sus inhibidores, tienen el cometido de amplificar o modular las cosas. Se supone que están ahí para que nuestros sistemas endocrino y nervioso se sirvan de ellos cuando les haga falta. Supongamos que funcionan bien: En este caso, amplificarán o modularán la señal nociceptiva y la de los inhibidores, hacia lo que nos sea más beneficioso, para que la señal final de nuestro cerebro capte el daño que tenemos, con el menor impacto negativo posible en nosotros. Si estos sistemas no funcionan bien, podrían hasta amplificar las señales nociceptivas y que el dolor fuera mucho más fuerte del daño producido; o en el lado opuesto, no sentir nada.
Este es el esquema general de las enfermedades de sensibilización central. En el caso de la sensibilidad química múltiple, la transmisión nerviosa de la sensibilidad, los inhibidores de la misma (en el mismo sitio) y los sistemas moduladores difusos funcionan igual que en el caso de los otros padecimientos.
Solución a todos estos problemas: Recuperar el equilibrio homeostático celular. Esta es la solución que parece indiscutible. Significa recuperar el equilibrio o la salud de las condiciones internas de todas las células implicadas en el proceso. Quizá esto suene un poco de Perogrullo, porque esta parece que es la solución, no solo para estas enfermedades, sino para todas. Pero sea de Perogrullo o no, es un punto de partida.
Podemos, por un lado, cuidar de que nuestros sistemas endocrino y nervioso no se vayan deteriorando más, y por otro lado, intentar que se vayan sanando.
Desde nuestro humilde parecer, las herramientas que podemos proponer son la vida natural y el yoga.
· La vida natural. Las personas somos una especie animal determinada. Somos seres, dentro del reino animal, altamente evolucionados. Tanto, que nos olvidamos de lo que somos. Y quizá olvidarlo sea lo de menos. Lo difícil es recordarlo, porque nos negamos a ello, o sencillamente nos parece absurdo. Tenemos todo un mundo en nuestra mente sobrecargada. Un mundo que nos hemos ido creando durante mucho tiempo. Un mundo que puede ser más irreal o más real, pero que es nuestra referencia y donde se dice lo que es importante y lo que no. Y dentro de este mundo, escuchar, leer o pensar que es importante vivir de acuerdo a lo que eres biológicamente, puede parecernos hasta ridículo. Más ridículo aún cuando tienes una determinada enfermedad, porque tendemos en este caso a aferrarnos a los esquemas que más seguridad nos dan, que son los que ya tenemos en nuestra mente. Pero nos parezca o no ridículo, biológicamente somos una especie animal. Somos animales mamíferos. Y dado que somos una especie animal, tendríamos que procurar vivir de la forma más adecuada para nuestra especie. A saber: Las personas primero éramos herbívoros y después empezamos a comer carne. Sea cual sea la alimentación que sigamos, la dieta tiene que ser rica en frutas y verduras y con los alimentos lo menos químicamente tratados posibles. Alimentos que nos sean sanos sustanciosos y agradables y que nos produzcan salud, vigor y vitalidad. Tenemos que preparar la comida amorosamente, comer con amor y agradecimiento, masticando la comida debidamente y hacer la digestión de manera también calmada y amorosa. Cuando tengamos ganas de hacer las deposiciones y micciones, intentar hacerlas, sin esperar para luego. Los animales se mueven: Caminan, corren, saltan, se bañan en el río, en los arroyos, en los lagos y en el mar. Hacen todo tipo de movimientos. Nuestro cuerpo es una estructura extraordinariamente compleja, que se corresponde con nuestra grandísima evolución. Somos capaces de hacer cosas increíbles. Pero la vida sedentaria, hace, que esta maravillosa máquina que es nuestro cuerpo, a veces, se vuelva contra nosotros. Los animales controlan la fatiga. Salvo que tengan su sistema nervioso alterado, así lo hacen. El ser humano ha tardado mucho tiempo en racionalizar la importancia del control de la fatiga, tanto física como mental. Podemos empezar por pararnos cuando estemos cansados. Descansar cinco o diez minutos o lo que haga falta con la actitud adecuada, antes de seguir. Esto, que ya es de vital importancia para mantener nuestra salud, en los procesos de recuperación, de sanación, en los embarazos y en un largo etcétera de casos, es absolutamente fundamental. En los Estados Unidos de América, Canadá y en otros lugares hay Sociedades Médicas en colaboración con otras asociaciones, que hacen del control de la fatiga la piedra angular en la sanación de enfermedades gravísimas. Desgraciadamente, esta es la excepción que confirma la regla. En el resto del mundo, el control de la fatiga es simplemente una cosa más (un detalle más con más o menos importancia). Y en la generalidad, solo la mujer embarazada se para, cuando su instinto animal así se lo dicta fuertemente. Los animales no abusan unos de otros, ni se aprovechan de sus debilidades, ni violan a nadie. Algunos se comen a otros, los cazan y se defienden, pero ninguno abusa de ningún otro. En el caso de las enfermedades que aquí nos ocupan, la cantidad de abusos entre las personas es absolutamente increíble. Personas con estas enfermedades, se refugian a veces en otras a cualquier precio y se siente obligadas a soportar sus malos tratos y abusos, a cambio de ser acompañadas y apoyadas en los momentos que los necesiten. ¡Queridas amigas y amigos: Nadie tiene derecho a maltratar ni a abusar de nadie, no hay excusas que valgan para ello! También es importante dormir bien. Intentar no pensar demasiado cuando se vayan acercando las horas de sueño. No sobrecargarnos tampoco de comida. No sobreexcitarnos. Si nos es difícil aparcar las preocupaciones, intentar ponerles un horario y que no se salgan de su horario, si es posible. Cuando se acerque la hora de dormir, ya sabemos que están fuera de horario
· El Yoga. Proponemos una sadhana o rutina anual de Hatha Yoga, adecuada a las circunstancias de cada persona. Que vaya aumentando en una determinada parte del año. Y después vaya disminuyendo. Por ejemplo, aumentando desde abril a septiembre y disminuyendo desde octubre a marzo. Las asanas o posturas tienen un efecto a nivel interno (masajeando y actuando sobre las glándulas endocrinas y sobre todo el sistema nervioso). Cada postura tiene un efecto determinado. Al igual que cada ejercicio de pranayama o respiración. Por ejemplo: Abril. En las cuatro semanas de este mes, la persona realizará una sesión de Hatha Yoga a la semana, adecuada a sus circunstancias. Mayo. De las cuatro semanas de mayo, la persona realizará en tres semanas una sesión de Hatha Yoga a la semana y en la otra semana dos sesiones. Así aumentando hasta septiembre y después disminuyendo hasta marzo. En dicha sesión, además de tener presente el estado físico de la persona, hay que hacer hincapié en el control de la fatiga, tanto física como mental. Asimismo, en nuestra opinión, en dichas sesiones, la persona debe ir al servicio tres, cuatro, cinco veces o las que hagan falta. El Hatha Yoga, al actuar y sanar tu sistema endocrino, mejora todo tu estado de salud, en general. La respiración es fundamental, para nuestro estado de salud. Muchas veces, cuando tenemos problemas de salud, nuestra respiración se altera y esto hay que rectificarlo y volver a respirar adecuadamente. A través de la respiración llega el aporte de oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo, las cuales lo necesitan. Y también a través de la respiración tenemos que expulsar los gases de desecho que tenemos dentro de nosotros, los cuales, cuanto mejor los expulsemos, más espacio habrá en nuestro pulmones para recibir el aporte de oxígeno. Además de la rutina anual de Hatha Yoga, proponemos la meditación. Que la persona empiece meditando una vez por semana y vaya aumentando a los días a la semana que pueda. Puede empezar por meditar cinco minutos e ir aumentando, hasta la media hora. O bien, empezar directamente por veinte minutos o algo así. Nos referirnos a la meditación tradicional, de fijar la mente en un solo punto o pensamiento, que es la que practicamos y conocemos. La meditación, desde el minuto uno, te limpia la mente y te proporciona fuerza mental. Puede que al principio sea algo incómodo, porque te asalten todo tipo de pensamientos que no puedas controlar. Pero no te preocupes. Vuelve suavemente al punto de referencia que has escogido y sigue meditando. La meditación actúa sobre la regeneración celular y especialmente favorece la neurogénesis (el nacimiento de nuevas células nerviosas).
Tanto el Hatha Yoga como la meditación, además del mejoramiento del estado físico o de salud, inciden por supuesto sobre tu estado mental. El Yoga es un camino espiritual, que te lleva hacia ti mismo, hacia tu esencia. A que poco a poco vayas experimentando ese ser de existencia, conocimiento y dicha que eres: Esa fuente ilimitada de amor, inteligencia y energía que somos cada uno de nosotros. Y una vez en este punto, conectemos y nos fundamos con la fuente divina de energía, inteligencia y amor, o de existencia, conocimiento y dicha: Dios o el nombre que cada uno le dé, de acuerdo a sus creencias. No se trata de tapar lo que eres y poner a otra persona en tu lugar. Se trata de que saques fuera lo que eres de verdad.
Hay otras cosas en el Yoga que te pueden ayudar. Eso ya depende del temperamento de cada persona. La lectura de textos; la oración y recitación de mantras; los cantos; el servicio desinteresado que siempre has querido hacer; la aplicación de las prescripciones…, etc.
El Yoga te proporciona experiencias maravillosas. Te recuerda constantemente, que lo que es bueno es también verdad. Te proporciona salud, fuerza física, vigor y vitalidad y fuerza y salud también mentales. Te proporciona otro punto de vista sobre las cosas. Aunque haya para nosotros tragedias, donde nos resulte muy difícil sacarles el lado bueno, también hay cosas buenas, a las que es muy difícil sacarles el lado malo. Y la inmensa mayoría de las cosas, para que sean tragedias o bendiciones, depende de cómo nos las tomemos. Cada día es un nuevo comienzo y en este nuevo comienzo, haga calor o frío, el día está maravilloso y todo indica que van a pasarte un buen número de cosas buenas. Que puedes tener una pequeña molestia, pero la molestia no eres tú. Tú estás radiante y tienes ahí una pequeña molestia, que ya está sobrando. Pero mientras, déjala un poco ahí a la pobre que disfrute hasta que se vaya disipando poco a poco (como a ritmo de bosa nova). Y sal a vivir, como es propio del ser que eres. El Yoga tiene muchas cosas para mejorar la salud de tus transmisiones nerviosas, de tus mecanismos de inhibición del dolor y la sensibilidad que te dañe y de tus sistemas moduladores difusos.
Esperemos que estas cosas que os hemos escrito os sirvan. Si es así, acordaros de nuestro maestro Swami Sivananda, de alguna insigne doctora y de una persona admirable que se llamaba Xintia Acevedo.
ENFERMEDADES DE SENSIBILIZACIÓN CENTRAL (COMENTARIO SOBRE SU ESQUEMA GENERAL)
El objetivo de este escrito es dibujar, de la forma más general posible, todo lo que hemos visto acerca de las llamadas enfermedades de sensibilización central (fibromialgia, sensibilidad química múltiple, síndrome de fatiga crónica, electrohipersensibilidad, neuropatía periférica…, etc.)
Todo el que lea este papel sabrá mejor que nadie las causas que se describen de los problemas de sensibilización central: Aspectos genéticos, algún componente alérgico, absorción o predisposición de la persona hacia las creencias, alteración en los mecanismos del olor, abusos, traumas, estrés, enfermedades mentales, daños en el sistema nervioso…, etc.
A continuación, vamos a describir cómo se producen los procesos de estos padecimientos, los cuales terminan en dolor o en reacciones de angustia, espasmos, problemas gastrointestinales, fatiga, problemas neurocognitivos, irritación y picores de zonas del cuerpo, visión borrosa y perdida de enfoque, debilidad, sensación de opresión en el pecho, todo tipo de erupciones y manchas en la piel…, etc. Además, estas reacciones, conllevan a su vez otras de otro tipo, tanto psíquicas como otras que afectan a los sistemas endocrino, digestivo, inmunitario, respiratorio, nervioso, muscular, esquelético…, etc.
Para describir el esquema general de estas enfermedades de sensibilización central, (también llamadas, psicosomáticas antes y somáticas ahora), hay que distinguir entre el dolor y la nocicepción. Cuando hablamos de dolor, vamos a equiparar éste a todas la reacciones descritas más arriba, de fatiga, espasmos, angustia, opresión, erupciones…, (todas las reacciones o sensaciones que se produzcan).
El mapa natural del dolor sigue el siguiente recorrido: Se produce un daño mecánico, químico o térmico y a continuación ese daño es captado por los receptores que tenemos en todo el cuerpo para ello (receptores nociceptivos) y esa captación del daño es transmitida por transmisión nerviosa al sistema nervioso central, donde el cerebro elabora la sensación de dolor.
Cuando hablamos de un daño mecánico, estamos hablando, por ejemplo, de cuando nos damos un golpe. Cuando hablamos de un daño químico, podemos estar refiriéndonos a cuando nos duele algo por un daño en un órgano determinado o una agresión de un agente químico, a través del aire, el agua…, etc. Y cuando hablamos de un daño térmico, estamos hablando de una quemadura, por ejemplo. Pues bien, como ya hemos referido, son los receptores nociceptivos los que captan estos daños y los transmiten por vía nerviosa al sistema nervioso central, donde es el cerebro el que elabora la sensación determinada de dolor.
En un estado normal de cosas, la sensación de dolor y las reacciones que ella conlleva, deberían ser aproximadamente proporcionales al daño producido y captado. Pero ello no es así siempre. Y para ver por qué no es así, vamos a ver el recorrido en el sistema nervioso, desde que se produce el daño hasta que se elabora la sensación y la reacción posterior. Hemos dicho, que primero se produce el daño (mecánico, químico o térmico). Ese daño es recogido por los receptores nociceptivos que tenemos en todo el cuerpo y a continuación se transmite por vía nerviosa con dirección hacia el sistema nervioso central. Concretamente hacia los núcleos o centros del dolor, ubicados en el mesencéfalo y en los núcleos de rafe del bulbo raquídeo. Desde ambos órganos, sigue la transmisión nerviosa hasta el cerebro, que es quien elabora la sensación.
Volvamos atrás. Volvamos a cuando los receptores nociceptivos captan el daño (mecánico, químico o térmico). Hemos dicho que ese daño se transmite por vía nerviosa. Y aquí es donde entramos en la calidad de la transmisión nerviosa. La transmisión nerviosa se produce a través de las células nerviosas o neuronas. De la salud o estado de nuestras células nerviosas depende mucho la sensación que se produzca después.
Vamos salirnos un poco del tema para ilustrar mejor la importancia de esta transmisión. Supongamos que nos encontramos a dos amigos por la calle (Clara y Alejandro), que están hablando tranquilamente. Los saludamos y seguimos adelante. A continuación, nos encontramos con Felisa y procedemos a transmitirle el mensaje de que nos hemos encontrado a Clara y a Alejandro hablando tranquilamente. En una transmisión normal del mensaje, diríamos a Felisa que hemos visto a Clara y a Alejandro hablando tranquilamente. En una transmisión deteriorada del mensaje, podemos decirle a Felisa que hemos visto muy juntitos a Clara y a Alejandro hablando “de sus cosillas”. Ahora supongamos que Felisa se encuentra a Vicente y, siguiendo con el deterioro del mensaje original, le dice que han visto a Clara y a Alejandro muy acaramelados. Sigamos suponiendo que Vicente se encuentra después a Estela y, deteriorando aún más el mensaje, le comenta la supuesta noticia de que Clara y Alejandro están liados. Entonces, pasamos de un mensaje original, que siempre debió ser que Clara y Alejandro están hablando tranquilamente en la calle, a un mensaje absolutamente alterado, de que Clara y Alejandro están liados.
Algo parecido al ejemplo anterior funciona la transmisión nerviosa. Si la salud de nuestras neuronas es buena, el daño recogido por los receptores nociceptivos, se transmite exactamente de una célula a otra con la intensidad que se ha producido. Si la salud no es buena, la intensidad se altera. Y la sensación que finalmente reproduzca nuestro cerebro, que originariamente tenía que haber sido proporcional al daño sufrido, ya que ésta es la función que cumple el dolor (avisarnos del daño sufrido y de su intensidad), puede dejar de ser proporcional al daño sufrido. Uno de los casos más radicales en este sentido es el caso de la alodinia, donde se han descrito situaciones en las que personas podían sentir dolor incluso con el tacto de una sábana suave. O el caso de recién nacidos que sentían dolor ante las caricias de su madre…, etc.
Por otro lado, tenemos los inhibidores del dolor. Hemos dicho que los núcleos del dolor estaban en el mesencéfalo y en los núcleos de rafe del bulbo raquídeo. Pues en ambos sitios, también están los inhibidores del dolor. En el mesencéfalo, concretamente del Sistema Gris Periacueductal, nace el sistema opioide endógeno, que es productor y difusor de muchos de los analgésicos que produce nuestro cuerpo (a destacar las endorfinas y encefalinas). Y que está repartido por todo el cuerpo, al igual que dijimos con los receptores nociceptivos. Estas endorfinas y encefalinas, son las encargadas de atenuar la intensidad de las señales nociceptivas. Asimismo, en los núcleos de rafe, también se producen analgésicos naturales (a destacar la serotonina). Con el mismo cometido que en el caso de las endorfinas y encefalinas. Entonces, si nuestro sistema de inhibidores del dolor funciona bien, la sensación que se reproduzca en nuestro cerebro, será en gran parte atenuada por éstos analgésicos naturales o inhibidores del dolor. Si hay algo que falla, percibiremos la sensación de dolor más fuerte.
Tenemos que hablar también de los sistemas moduladores difusos. Estos sistemas, algunos de los cuales se hallan en el mismo lugar que los núcleos del dolor y sus inhibidores, tienen el cometido de amplificar o modular las cosas. Se supone que están ahí para que nuestros sistemas endocrino y nervioso se sirvan de ellos cuando les haga falta. Supongamos que funcionan bien: En este caso, amplificarán o modularán la señal nociceptiva y la de los inhibidores, hacia lo que nos sea más beneficioso, para que la señal final de nuestro cerebro capte el daño que tenemos, con el menor impacto negativo posible en nosotros. Si estos sistemas no funcionan bien, podrían hasta amplificar las señales nociceptivas y que el dolor fuera mucho más fuerte del daño producido; o en el lado opuesto, no sentir nada.
Este es el esquema general de las enfermedades de sensibilización central. En el caso de la sensibilidad química múltiple, la transmisión nerviosa de la sensibilidad, los inhibidores de la misma (en el mismo sitio) y los sistemas moduladores difusos funcionan igual que en el caso de los otros padecimientos.
Solución a todos estos problemas: Recuperar el equilibrio homeostático celular. Esta es la solución que parece indiscutible. Significa recuperar el equilibrio o la salud de las condiciones internas de todas las células implicadas en el proceso. Quizá esto suene un poco de Perogrullo, porque esta parece que es la solución, no solo para estas enfermedades, sino para todas. Pero sea de Perogrullo o no, es un punto de partida.
Podemos, por un lado, cuidar de que nuestros sistemas endocrino y nervioso no se vayan deteriorando más, y por otro lado, intentar que se vayan sanando.
Desde nuestro humilde parecer, las herramientas que podemos proponer son la vida natural y el yoga.
· La vida natural. Las personas somos una especie animal determinada. Somos seres, dentro del reino animal, altamente evolucionados. Tanto, que nos olvidamos de lo que somos. Y quizá olvidarlo sea lo de menos. Lo difícil es recordarlo, porque nos negamos a ello, o sencillamente nos parece absurdo. Tenemos todo un mundo en nuestra mente sobrecargada. Un mundo que nos hemos ido creando durante mucho tiempo. Un mundo que puede ser más irreal o más real, pero que es nuestra referencia y donde se dice lo que es importante y lo que no. Y dentro de este mundo, escuchar, leer o pensar que es importante vivir de acuerdo a lo que eres biológicamente, puede parecernos hasta ridículo. Más ridículo aún cuando tienes una determinada enfermedad, porque tendemos en este caso a aferrarnos a los esquemas que más seguridad nos dan, que son los que ya tenemos en nuestra mente. Pero nos parezca o no ridículo, biológicamente somos una especie animal. Somos animales mamíferos. Y dado que somos una especie animal, tendríamos que procurar vivir de la forma más adecuada para nuestra especie. A saber: Las personas primero éramos herbívoros y después empezamos a comer carne. Sea cual sea la alimentación que sigamos, la dieta tiene que ser rica en frutas y verduras y con los alimentos lo menos químicamente tratados posibles. Alimentos que nos sean sanos sustanciosos y agradables y que nos produzcan salud, vigor y vitalidad. Tenemos que preparar la comida amorosamente, comer con amor y agradecimiento, masticando la comida debidamente y hacer la digestión de manera también calmada y amorosa. Cuando tengamos ganas de hacer las deposiciones y micciones, intentar hacerlas, sin esperar para luego. Los animales se mueven: Caminan, corren, saltan, se bañan en el río, en los arroyos, en los lagos y en el mar. Hacen todo tipo de movimientos. Nuestro cuerpo es una estructura extraordinariamente compleja, que se corresponde con nuestra grandísima evolución. Somos capaces de hacer cosas increíbles. Pero la vida sedentaria, hace, que esta maravillosa máquina que es nuestro cuerpo, a veces, se vuelva contra nosotros. Los animales controlan la fatiga. Salvo que tengan su sistema nervioso alterado, así lo hacen. El ser humano ha tardado mucho tiempo en racionalizar la importancia del control de la fatiga, tanto física como mental. Podemos empezar por pararnos cuando estemos cansados. Descansar cinco o diez minutos o lo que haga falta con la actitud adecuada, antes de seguir. Esto, que ya es de vital importancia para mantener nuestra salud, en los procesos de recuperación, de sanación, en los embarazos y en un largo etcétera de casos, es absolutamente fundamental. En los Estados Unidos de América, Canadá y en otros lugares hay Sociedades Médicas en colaboración con otras asociaciones, que hacen del control de la fatiga la piedra angular en la sanación de enfermedades gravísimas. Desgraciadamente, esta es la excepción que confirma la regla. En el resto del mundo, el control de la fatiga es simplemente una cosa más (un detalle más con más o menos importancia). Y en la generalidad, solo la mujer embarazada se para, cuando su instinto animal así se lo dicta fuertemente. Los animales no abusan unos de otros, ni se aprovechan de sus debilidades, ni violan a nadie. Algunos se comen a otros, los cazan y se defienden, pero ninguno abusa de ningún otro. En el caso de las enfermedades que aquí nos ocupan, la cantidad de abusos entre las personas es absolutamente increíble. Personas con estas enfermedades, se refugian a veces en otras a cualquier precio y se siente obligadas a soportar sus malos tratos y abusos, a cambio de ser acompañadas y apoyadas en los momentos que los necesiten. ¡Queridas amigas y amigos: Nadie tiene derecho a maltratar ni a abusar de nadie, no hay excusas que valgan para ello! También es importante dormir bien. Intentar no pensar demasiado cuando se vayan acercando las horas de sueño. No sobrecargarnos tampoco de comida. No sobreexcitarnos. Si nos es difícil aparcar las preocupaciones, intentar ponerles un horario y que no se salgan de su horario, si es posible. Cuando se acerque la hora de dormir, ya sabemos que están fuera de horario
· El Yoga. Proponemos una sadhana o rutina anual de Hatha Yoga, adecuada a las circunstancias de cada persona. Que vaya aumentando en una determinada parte del año. Y después vaya disminuyendo. Por ejemplo, aumentando desde abril a septiembre y disminuyendo desde octubre a marzo. Las asanas o posturas tienen un efecto a nivel interno (masajeando y actuando sobre las glándulas endocrinas y sobre todo el sistema nervioso). Cada postura tiene un efecto determinado. Al igual que cada ejercicio de pranayama o respiración. Por ejemplo: Abril. En las cuatro semanas de este mes, la persona realizará una sesión de Hatha Yoga a la semana, adecuada a sus circunstancias. Mayo. De las cuatro semanas de mayo, la persona realizará en tres semanas una sesión de Hatha Yoga a la semana y en la otra semana dos sesiones. Así aumentando hasta septiembre y después disminuyendo hasta marzo. En dicha sesión, además de tener presente el estado físico de la persona, hay que hacer hincapié en el control de la fatiga, tanto física como mental. Asimismo, en nuestra opinión, en dichas sesiones, la persona debe ir al servicio tres, cuatro, cinco veces o las que hagan falta. El Hatha Yoga, al actuar y sanar tu sistema endocrino, mejora todo tu estado de salud, en general. La respiración es fundamental, para nuestro estado de salud. Muchas veces, cuando tenemos problemas de salud, nuestra respiración se altera y esto hay que rectificarlo y volver a respirar adecuadamente. A través de la respiración llega el aporte de oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo, las cuales lo necesitan. Y también a través de la respiración tenemos que expulsar los gases de desecho que tenemos dentro de nosotros, los cuales, cuanto mejor los expulsemos, más espacio habrá en nuestro pulmones para recibir el aporte de oxígeno. Además de la rutina anual de Hatha Yoga, proponemos la meditación. Que la persona empiece meditando una vez por semana y vaya aumentando a los días a la semana que pueda. Puede empezar por meditar cinco minutos e ir aumentando, hasta la media hora. O bien, empezar directamente por veinte minutos o algo así. Nos referirnos a la meditación tradicional, de fijar la mente en un solo punto o pensamiento, que es la que practicamos y conocemos. La meditación, desde el minuto uno, te limpia la mente y te proporciona fuerza mental. Puede que al principio sea algo incómodo, porque te asalten todo tipo de pensamientos que no puedas controlar. Pero no te preocupes. Vuelve suavemente al punto de referencia que has escogido y sigue meditando. La meditación actúa sobre la regeneración celular y especialmente favorece la neurogénesis (el nacimiento de nuevas células nerviosas).
Tanto el Hatha Yoga como la meditación, además del mejoramiento del estado físico o de salud, inciden por supuesto sobre tu estado mental. El Yoga es un camino espiritual, que te lleva hacia ti mismo, hacia tu esencia. A que poco a poco vayas experimentando ese ser de existencia, conocimiento y dicha que eres: Esa fuente ilimitada de amor, inteligencia y energía que somos cada uno de nosotros. Y una vez en este punto, conectemos y nos fundamos con la fuente divina de energía, inteligencia y amor, o de existencia, conocimiento y dicha: Dios o el nombre que cada uno le dé, de acuerdo a sus creencias. No se trata de tapar lo que eres y poner a otra persona en tu lugar. Se trata de que saques fuera lo que eres de verdad.
Hay otras cosas en el Yoga que te pueden ayudar. Eso ya depende del temperamento de cada persona. La lectura de textos; la oración y recitación de mantras; los cantos; el servicio desinteresado que siempre has querido hacer; la aplicación de las prescripciones…, etc.
El Yoga te proporciona experiencias maravillosas. Te recuerda constantemente, que lo que es bueno es también verdad. Te proporciona salud, fuerza física, vigor y vitalidad y fuerza y salud también mentales. Te proporciona otro punto de vista sobre las cosas. Aunque haya para nosotros tragedias, donde nos resulte muy difícil sacarles el lado bueno, también hay cosas buenas, a las que es muy difícil sacarles el lado malo. Y la inmensa mayoría de las cosas, para que sean tragedias o bendiciones, depende de cómo nos las tomemos. Cada día es un nuevo comienzo y en este nuevo comienzo, haga calor o frío, el día está maravilloso y todo indica que van a pasarte un buen número de cosas buenas. Que puedes tener una pequeña molestia, pero la molestia no eres tú. Tú estás radiante y tienes ahí una pequeña molestia, que ya está sobrando. Pero mientras, déjala un poco ahí a la pobre que disfrute hasta que se vaya disipando poco a poco (como a ritmo de bosa nova). Y sal a vivir, como es propio del ser que eres. El Yoga tiene muchas cosas para mejorar la salud de tus transmisiones nerviosas, de tus mecanismos de inhibición del dolor y la sensibilidad que te dañe y de tus sistemas moduladores difusos.
Esperemos que estas cosas que os hemos escrito os sirvan. Si es así, acordaros de nuestro maestro Swami Sivananda, de alguna insigne doctora y de una persona admirable que se llamaba Xintia Acevedo.